Según los datos de Educación, el mayor número de niñas en edad escolar embarazadas se concentró en los departamentos de Cortés y Francisco Morazán.

Los embarazos en niñas y adolescentes no solo tienen un impacto físico y emocional, sino que, muchas de ellas, también abandonan sus estudios para convertirse en madres.

Una encuesta de la Secretaría de Educación muestra que entre 2017 y 2024, más de 7 mil estudiantes dijeron estar embarazadas, lo que significa que en promedio hubo 881 casos cada año.

La información, facilitada a través de la solicitud SOL-SDE-4351-2025, muestra, además, que 807 escolares abandonaron sus estudios por el embarazos. Si hacemos un cruce de datos podemos decir que 1 de cada 10 escolares embarazadas dejaron de estudiar.

Esta situación, que desde Plan Internacional en Honduras catalogaron de “preocupante”, provoca que las niñas renuncien a sus sueños formativos y profesionales, a sus proyectos de vida y que tengan que asumir una maternidad temprana.

Para Olenka García, asesora de género de Plan Internacional, estos datos “preocupan y nos debería dar una alarma para actuar”, sobre todo porque muchas de las niñas y adolescentes que dejan la escuela lo hacen por el estigma y señalamiento.

Lara Bohórquez, coordinadora de la Unidad de Investigación del Centro de Derechos de las Mujeres (CDM), por su parte, lamentó que muchas de las niñas que resultan embarazadas en edad escolar deben asumir una responsabilidad solas (sin la presencia del padre), porque lastimosamente los embarazos son producto de una agresión sexual.